Se denomina apoplejía, golpe o ictus apopléjico, ataque cerebral o accidente cerebro vascular (ACV) a la suspensión de alguna de las funciones cerebrales (pérdida de la conciencia o del movimiento o del habla) debida a una brusca disminución de la circulación de la sangre en el cerebro. La disminución del flujo sanguíneo provoca la muerte de células por la falta de oxígeno, lo que causa distintos deterioros cognitivos dependiendo de la zona del cerebro afectada.
Científicos de la Universidad de
Helsinki en Finlandia investigaron un grupo de 60 pacientes que habían sufrido
diferentes daños cerebrales a raíz de una apoplejía de la arteria cerebral
media. Dividieron la muestra en tres grupos. En el primero de ellos oían la
música que ellos querían durante dos horas, en el segundo escuchaban durante el
mismo tiempo textos leídos (narraciones, poemas, etc.) y en el tercer grupo no
escuchaban nada.
Los resultados del estudio
revelaron que de los 45 pacientes que finalizaron, los del grupo que escuchaba
música mostraron una recuperación mayor que los otros grupos en la memoria
verbal y la atención focalizada. Por otra parte, el grupo que escuchaba música
mostró un mejor estado de ánimo que los del grupo control. La música podría
incidir directamente sobre las áreas cerebrales afectadas o bien estimular
mecanismos generales capaces de reparar y renovar las redes neuronales tras el
daño.
Se necesita ahondar más en este
tema, pero el que la música algo tan hermoso pueda llegar a mejorar la salud mental, física y emocional
de alguien es un avance fantástico y sorprendente para dejarlo como legado a
futuras generaciones.
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